Los doctores reaganianos, thatcherianos, clinto-dolianos, chiracianos, más algunos otros, proponen un programa muy ambicioso como «remedio» a la pesadumbre, y este programa consiste en «decirnos» que ¡hay que tener confianza!
Sólo dilo, simple y… ¿efectivo? Afirman la confianza para los demás, pero ellos, no demasiado confiados en su confianza, preparan cuidadosamente el terreno, por si la confianza tarda en llegar, ¡proponiendo aumentar los créditos militares o profesionalizando sus ejércitos! Nunca se puede estar demasiado seguro.
Los doctores en confianza y sus gobiernos, después de haber permitido deslocalizaciones, reestructuraciones, despidos y recontrataciones a mitad de precio, prejubilaciones sin cubrir puestos de trabajo, desregulaciones, etc… mientras observaban con conmovedora benevolencia, la subida de las cotizaciones y los beneficios; ¡se conmueven por nuestra falta de confianza!
Ni los políticos ni los empresarios dan la menor señal positiva, imponen de la manera más estúpida la «pérdida total» de la confianza.
El empresario de una PYME (las grandes también son bienvenidas), al proponer la transparencia de su empresa y un reparto más justo de los beneficios, ¿no crearía esta confianza?
En un intercambio que ofrezca honestidad, más justicia y, por tanto, esperanza para el futuro, tendremos tantos «compradores» confiados, y la recuperación será suficiente para que las empresas puedan vivir, además de que trabajarás en una «empresa motivada y con rostro humano».
Sin gobierno, sin partido, sin leyes, sin nada ni nadie que te imponga el «intercambio», es como empresario libre que tomas la decisión, eres totalmente libre de elegir… dictadura por el miedo o intercambio por la razón…