Esta familia es la «empresa». No la gran multinacional, que es sólo capital, grandes accionistas y un gran número de cifras sin importancia, sino las «pymes», que han mantenido vínculos relativamente estrechos entre las familias trabajadoras.
Al transformar los vínculos de la PYME mediante un verdadero intercambio, «la transparencia y un reparto más equilibrado de los beneficios o de los beneficios futuros» propuestos por el empresario, a cambio de «la motivación y la aceptación de condiciones más difíciles» en el trabajo por parte de los asalariados, este intercambio se realiza naturalmente en beneficio del dinamismo de la empresa, de su supervivencia, y por tanto de la supervivencia de las familias biológicas que la componen. Al realizar este intercambio, puede surgir una verdadera solidaridad entre las diferentes familias biológicas de la empresa. ¿Esta solidaridad intraempresarial será contra otras empresas o modificará también el comportamiento interempresarial? Al cambiar el comportamiento actual, demasiado a menudo asocial, intraempresarial e interempresarial, por un comportamiento más equilibrado y social, estamos sentando las bases de un cambio más global, en el que las relaciones interempresariales llevadas a cabo por individuos intraempresariales más sociales sólo pueden conducir a unas mejores relaciones y a un mayor respeto mutuo y, por tanto, a una mayor solidaridad. Las empresas que abogan por el «intercambio», al crear una corriente «suficientemente grande», pueden permitir no sólo un cambio en la «sociedad económica», sino también más relaciones sociales entre las «familias biológicas» que componen el interior de una determinada empresa, y así crear también una mejor relación entre «todas las empresas» y «todas sus familias biológicas».
Cada uno de nosotros tiene sus propios problemas que resolver, el desarrollo económico de su familia, posiblemente las actividades sociales, culturales y políticas, pero además cada uno de nosotros debe hacer avanzar absolutamente la «VL-T» y así recuperar el sentido de la especie. Todas las comunidades animales o vegetales que habitan nuestra tierra han desarrollado un comportamiento o una reproducción particular, una fuerza primordial que perpetúa la especie, a menudo ponen sus últimas fuerzas para procrear y morir. Por desgracia para la especie llamada «humana», este monstruoso cerebro que ha desarrollado le ha hecho perder totalmente la noción de «su especie», cada individuo que la compone se ha convertido en un «EGO», un individuo egoísta que sólo piensa en sí mismo, lo peor es que cuanto más egoísta y antiespecista es el individuo, Lo peor es que cuanto más egoísta y antiespecista es el individuo, más poderoso se ha vuelto dentro de la especie, debemos encontrar y recrear el vínculo entre todos los individuos que forman nuestra especie, y sólo el comportamiento social puede permitirnos encontrar el equilibrio y contrarrestar el «yo» del egoísmo.