La población del planeta es de unos 7.000 millones de personas, entre estos 7.000 millones sólo 300-400 mil familias son propietarias y dirigen el mundo, en su mayoría son los restos de la alta nobleza, los propietarios o accionistas mayoritarios de las grandes transnacionales y algunos dictadores. Estas «grandes familias», principalmente de EE.UU., Europa, China, Rusia, Oriente Medio y algunas otras, forman el principal ejército de los especuladores manipuladores, controlando a unos mil millones de literatos, una masa de mendigos con anteojeras. El resto utilizable es de unos mil millones de analfabetos.
Mundo, íntegramente destinado a satisfacer las únicas necesidades de lujo indecente e imbécil de las grandes familias. En cuanto a los 5 mil millones restantes, no están previstos en el programa, sino que se almacenan en innumerables campamentos de miseria como reserva.
Una pequeñísima minoría que se enriquece cada vez más y al mismo tiempo la inmensa mayoría que se empobrece cada vez más, ¿no se están robando unos a otros? Los productos son cada vez más baratos en Occidente. ¿Quién paga los precios bajos? ¿Debemos condenar el trabajo infantil o a las empresas liberales por no pagar a los padres? La descripción anterior muestra la verdadera organización del régimen democrático liberal, y hay que ser muy arrogante y sobre todo muy cobarde para atreverse, ante todas las evidencias, a utilizar el término democracia para esta sociedad.
Nuestro mundo es un mundo totalitario y su organización es criminal, la información diaria que tenemos sobre él debe hacernos entrar en razón, no en la de los más fuertes sino en la de los más numerosos.